domingo, julio 18, 2010

¿ Un mundo distinto ?


Conversación de café entre cuatro amigos, el tema a desarrollar, es la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo debería ser “un mundo distinto?, si fuera factible, por supuesto.

Primera ronda
Amigo 1: Para mí un mundo distinto al actual, sería aquél en que los derechos humanos sean respetados por todos y para todos.
Amigo 2: Yo creo que un mundo distinto o nuevo mundo sería aquel en donde todos fueran felices, sin mayores condiciones, es decir, sin importar el cómo serán felices sino solamente el resultado.
Amigo 3:Un mundo distinto cabe sólo en la imaginación. Un mundo imaginario, una utopía. ¿Para qué querríamos un mundo distinto si nunca será realidad?. Mi opinión es que este mundo podría ser ese mundo distinto, si cada uno de nosotros cambia en su interior, es decir, ese mundo distinto cada uno lo puede vivir si y sólo sí, cuando cambie nuestro carácter.
Amigo 4: A mi me gustaría un mundo distinto y creo que podría lograrse con cierta facilidad. Legislemos que todos los cargos de importancia política sean exclusivamente desempeñados por mujeres, que por cierto, pertenecen a un mundo distinto al mío, al mundo masculino. Y ya está, un mundo distinto, al instante!.

Segunda ronda
Amigo 1: Tengo que hacerme cargo de sus opiniones, amigos, pero no abandonaré mi posición, al menos por ahora. Reafirmo mi punto de vista, para lograr la felicidad de todos los seres humanos, debemos en primer término respetar sus derechos y si eso se logra, por cierto que será un triunfo de cada uno de nosotros en su fuero interno, es decir, en su carácter. Ahora, respecto a un mundo regido solamente por las mujeres, creo que no corresponde, los gobernantes deben ser elegidos entre las mejores personas, sin importar a qué sexo pertenecen, lo que de debe primar son sus competencias.
Amigo 2: El mundo actual es injusto. Las posibilidades de ser feliz en él no alcanzan ni para el 10% de al población. Una sociedad en que apenas uno de cada diez pude ser feliz es una sociedad inhumana. Porque la felicidad, como yo la entiendo, es una forma de vida en la cual cada individuo pueda desarrollar con plenitud todas sus cualidades, de tal forma que se sienta en paz y satisfecho de su vida. Eso es lo que importa, la felicidad de cada uno. Es un error pensar en la sociedad. ¿Qué me importa a mí vivir en una sociedad feliz, si yo soy infeliz?. Un mundo distinto, para mí, será cualquiera en el cual yo pueda ser feliz.
Amigo tres: La felicidad, a mi entender, no puede estar centrada en el tener sino en el ser. Por lo tanto, un mundo distinto será aquel en que cada uno de nosotros sea capaz de darse cuenta que todos somos hermanos, sujetos a la misma suerte. Es decir, la virtud fundamental de un mundo distinto debe ser la solidaridad. Nadie puede ser feliz si no son felices también todos nuestros semejantes.
Amigo cuatro: Creo que es cierta la opinión que apunta a que los que dirigen la sociedad deben ser los más capaces, sin duda es así. Pero... ¿Qué capacidades o competencias deben tener los dirigentes de la sociedad?. Capacidad de comprensión de los problemas de los demás, sensibilidad ante el dolor ajeno, calidez humana para consolar al afligido, sentimientos de verdadero amor por cada ser humano sin importar su condición. ¿En quienes encontramos esas virtudes?. En las madres. salvo excepciones, ellas tratan así a sus hijos, cooperando en una forma definitiva a su felicidad. Y, por cierto, todas son mujeres. Así que reitero mi idea, no es una utopía. Si todas las más altas magistraturas políticas quedan en manos de mujeres, el mundo será distinto, en un sentido positivo.

Tercera ronda
Estimado lector. Tome partido por alguno de los cuatro “amigos”, todos varones, por cierto y describa el contenido de esta “tercera ronda”, para así llegar a una conclusión válida y factible respecto a la posibilidad de un mundo distinto, mas positivo, mejor que el actual en que vivimos o “sobrevivimos”.

domingo, julio 11, 2010

¿ Porqué no soy escritor ?


En el suplemento de “La revista de libros” de “El Mercurio” del viernes 28 de abril de 2006, aparecen, como es obvio, dos entrevistas a famosos escritores, un estadounidense, Richard Ford y un pakistaní, Hanif Kureishi. No he leído a ninguno de los dos y creo que tampoco los leeré, porque la época en que leía casi un libro al día de ficción, sobre todo novelas, transcurrió entre 1954 hasta 1961. Es decir, entre los 12 y los 19 años. En esos siete años, leí, sin duda, miles de títulos, preferentemente de autores de la primera mitad del siglo XX. Entre los que más me impresionaron estaban los grandes franceses, Roger Martín Du Gard, Marcel Proust y sobre todo, mi gran favorito, Jules Romains. (De este último es el nombre del blog, “La alfombra mágica”).
También leí a los ingleses, alemanes, italianos y algunos estadounidenses, a los consagrados, casi todos los Premios Nobel. Curiosamente, leí poco de autores en idioma español, con algunas excepciones, como Borges, Cela o Benedetti. Cuando digo poco, me refiero a cien o doscientos títulos. Cuando digo mucho, quiero decir quinientos o mil obras. Actualmente, aunque en 1988 vendí cerca de mil novelas, aún conservo unas quinientas obras de ficción, algo perdidas entre cuatro o cinco mil títulos de no-ficción. Mi cambio en mi material de lectura se inició en 1962 cuando ingresé a la Universidad y desde ese momento en adelante, primero por los estudios y luego por mi trabajo como profesor, casi todas mis lecturas fueron no-ficción: Derecho, Economía, Historia, Geografía, Filosofía, Sociología, Psicología, Educación, Antropología, etc. Nunca leí mucho teatro o poesía. Pero tengo a los grandes, no faltan en mi biblioteca Eugene O’Neill o Pablo Neruda. A pesar de la gran cantidad de lectura, nunca pensé en escribir, aunque durante mi tercera década, dediqué algún tiempo en plasmar el resumen de algunas futuras novelas románticas en escenarios históricos, que muchos años después enumeré en algún momento. Me llamó la atención que un tema de los que esbocé, lo desarrolló posteriormente Isabel Allende. Me refiero a una historia en la época de la fiebre del oro en California, en 1848. Algo escribí también en la línea de la ciencia ficción, con influencia de Bradbury y Huxley, sin duda. Recuerdo algunos títulos: “El sin número o “No number” y “El cónsul”, un cuento corto.
Pero... ¿Qué es lo que me llamó la atención en estas entrevistas a Ford y a Kureishi?. Es la coincidencia entre ambos en cuanto al oficio de escribir. Dice Ford: “Me interesa la forma en que la gente encuentra refugios, en que se acomoda durante el pasaje por la vida. Disfruto del aspecto de las casas, la estética.”. Este tipo de observación, yo le he practicado desde mi adolescencia. Caminando cuadras y cuadras, en barrios de distintas clases sociales, en todos ellos, me fascina las innumerables formas de organización del entorno. La arquitectura, el urbanismo me produce una sensación de bienestar y casi exaltación, como si a través de esa visión, pudiera comprender el sentido de la vida. Ford describe en sus obras aspectos de la vida de personas de la clase media y también algunos marginales... “En realidad, creo que todos somos iguales”, afirma. Por su parte, Koreishi, en relación al oficio del escritor sostiene: “Escribo cualquier cosa, escritura libre. Escribo cualquier porquería, algo que pasó ayer o hace cuarenta años, o lo que soñé o algo que me dijeron mis hijos”. Ahora, en mis Blogs, practico lo mismo, escribo cualquier cosa, lo que se me viene a la mente de pronto y a vuelapluma, tal como sale. Lo que estoy escribiendo ahora es producto de tratar de responder la pregunta: ¿Por qué no soy escritor?. O quizás, con mayor precisión: ¿Por qué no he publicado algo?. Pero creo que haré un resumen de esto, más breve.
Trato de responderme. En primer lugar, todo lo que he escrito en el mundo académico, como estudiante o profesional, nunca lo he considerado, por diversas razones, como digno de editarse, aunque muchos de esos escritos fueron calificados con nota máxima e incluso con la recomendación expresa, (y escrita), de que los publicara. Siempre creí que esos elogios eran equivalentes a los que yo entregaba a mis propios alumnos. Un estímulo para un buen estudiante, pero no porque la obra intrínsecamente mereciera realmente ser publicada. Y los apuntes para mis alumnos nunca fueron más allá de buenos resúmenes o comentarios a las mejores obras disponibles de los temas en estudio del momento.
En cuanto a la ficción, mis propios poemas, escritos a partir de los cuarenta años, debido al sufrimiento de mi separación matrimonial y continuadas posteriormente con cada nueva pareja con la que intentaba formar un nuevo hogar, no da para nada más que el recuerdo muy íntimo de hermosas vivencias románticas. Quizás tenga algo de loco, pero de poeta, ni un poco.
¿Y que hay de la prosa?. Como indiqué anteriormente, sólo escribí las ideas principales para algún relato, aunque terminé “El cónsul” y últimamente “Nadie le dio importancia”. Este último relato de ciencia ficción, muy breve, apenas dos hojas tipo oficio, letras tipo 10 y 8.
No escribo, entonces, por varias razones, la más importante de las cuales es que todo lo que escribo lo considero muy defectuoso o mediocre como literatura, aunque a mí me gusten, comparado con los grandes autores que he leído. Es evidente que estoy equivocado, es absurdo pensar que para publicar algo tengo que superar a los escritores que han ganado el Premio Nobel. Pero la razón subsiste, así que lo más cercano a la publicación que haré por el momento es transcribir el cuento “Nadie le dio importancia” en el Blog Remmos (Regusto) que aún no he usado, ya que no me he atrevido a utilizarlo para mi plan inicial, que era hacer de él un blog erótico. Ahora será el blog literario. Remmos es lo contrario de sommer, es decir, verano, en alemán.
Quizás la razón psicológica sea una muy baja autoestima, probablemente, pero eso ya no importa.
Lo que importa ahora es lograr escribir algo que me haga sentir satisfecho de verdad y lo quiera publicar porque creo que merece ser publicado “para el general esparcimiento del pueblo”.
De este artículo o conjunto de ideas, quizás haga una alusión en un próximo blog en la “Alfombra Mágica”, siempre y cuando me salga natural, de una necesidad muy sincera.
Por ningún motivo quiero transformar esto en algo parecido a un diario de vida, así que lo termino aquí al instante. Espero que mi imaginación aún pueda fructificar en algunos cuentos cortos de ciencia-ficción o algo semejante, con la idea de publicarlo como una antología de los mejor de “Albert Sand”. Si se publica, seguramente habrá más de alguien que crea que Albert Sand es un gran escritor. Ojalá fuera así, serían mis “quince minutos” de fama. Lo interesante de todo esto, lo más interesante sería lograr dinero por mis escritos. Si así fuera, por primera vez me sentiría que me habría ganado el dinero con total legitimidad.

domingo, julio 04, 2010

Nadie le dio importancia (segunda parte)


Pero yo conocí al verdadero viajero, el que hablaba con palabras que se entendían en cualquier idioma. Junto con otros, que también sobrevivieron, pero que ya han muerto, pudimos escuchar sus palabras. Estábamos admirados que cada uno escuchara en su propio idioma y lo atribuímos a alguna capacidad asombrosa relacionada con la telepatía. A mí me agradó muchísimo volver a escuchar los sonidos de mi idioma natal. Nunca lo había oído tan bien pronunciado. Era como una música y por un momento lo asocié torpemente a mis propias sesiones de poemas musicales, en que cantaba por la paz y el entendimiento entre los hombres. Pero su lenguaje, su mensaje era otro. Hablaba de la paz, es cierto, pero agregaba otros valores en una amalgama perfecta construyendo un discurso armonioso y extraño a la vez. Nos hablaba de su mundo donde se habría alcanzado un nivel superior de desarrollo que, aunque nos lo describiera, no alcanzábamos a entender. Pero sí entendimos que nos permitiría seguir viviendo después de su partida para darnos una nueva oportunidad de crear una sociedad con mayor justicia, donde no se admitiera dos clases, una disfrutando de todas las riquezas y la otra sin tener derechos sino sólo obligaciones. No lo sé expresar mejor, porque mis limitaciones personales me lo impiden, pero he decidido dejar esta narración verdadera de los hechos, para que las futuras generaciones nunca rompan el pacto o promesa que le hicimos al visitante, al viajero: mantener la paz viviendo fraternalmente, ayudándonos todos, sin permitir nunca que algunos estén por sobre los demás, sino que todas las riquezas posibles de lograr, estén a disposición de todos, privilegiando los valores humanos sobre toda otra consideración.
..............................................(Tercera interrupción de los fragmentos).............................

Este es el testimonio de un sobreviviente...

CANCIÓN A LA VIDA





COMENTARIO: Por testimonios orales sabemos que la Canción a la Vida, donde se expresa la “alegría de vivir”, fue escrita y declamada por el autor, cuyo nombre ignoramos, en la despedida del visitante, al que llama también viajero, por lo que suponemos que, de acuerdo al manuscrito, para ese momento había vuelto a ser Uno.


Documento confidencial, de exclusivo uso de los educadores del Nuevo Mundo.
Año 315 después de la partida del Visitante.
(El año 315 dpV corresponde aproximadamente a mediados del siglo XXVI dC según la antigua era).


(* El título con que se conoce este testimonio corresponde a las primeras palabras del texto)
(** La única fecha comprobable corresponde al siglo XXII de la Antigua Era llamada “Cristiana-Occidental”)
(***Frase significativa que aparece en el tercer fragmento)
(**** Última frase del manuscrito, el poema o canción está perdido)

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Ejercicio Escolar

1. En pequeños grupos de afinidad lean y comenten el documento.

Finalizado el punto 1. contesten de común acuerdo las siguientes preguntas:

2. ¿Por qué creen que llegó al planeta ese “visitante”?

3. ¿Podrían reconstruir las peticiones que el Viajero le hizo a los que dominaban el mundo en esa época?

4. ¿Qué razones pudieron tener las Autoridades a negarse a su posibles peticiones?

5. ¿Por qué creen que dejó a un grupo de “sobrevivientes”?.

6. Hasta donde sabemos, nuestra actual sociedad es inferior tecnológicamente a la que existía a la llegada
del Visitante, pero superior moralmente. ¿Qué opinan sobre esta situación?

7. ¿Podrían, utilizando textos de la Historia de la Antigua Civilización, llamada “Cristiana-Occidental”,
encontrar alguna similitud de lo que aconteció con el Visitante, con algún otro gran suceso anterior?

8. ¿A qué conclusiones podrían llegar en relación con esta Historia, cuando se inició nuestro Nuevo Mundo?

9. Si lo desean, pueden intentar escribir una versión para el poema “Canción a la Vida
”.

FIN